PREVISIÓN DIVISIÓN CENTRAL

Una división para la que, salvo las ilusiones creadas por Chicago Bulls, se podría decir aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor.

CLEVELAND CAVALIERS
Como cualquier víctima de una infidelidad que acarrea abandono Cleveland Cavaliers fue el último en enterarse y sin tiempo para reaccionar tras la ruptura. Hundidos, miserables, cornudos y apaleados. Al menos lograron captar a un entrenador como Byron Scott, capaz de sacar rendimiento y resultados en grupos que acepten su estilo, sus ideas. Veremos el estado de ánimo de veteranos como Maurice Williams, Anthony Parker y Antawn Jamison, jugadores que sin comerlo ni beberlo han perdido para siempre el sueño del anillo, vivido y ahora esfumado. Será interesante asistir a la evolución de Sessions con un entrenador como Scott y muchos minutos de exposición a la par que a la liberación y soltado al aire de un halcón como Hickson. A Scott nadie le pedirá el milagro de los playoffs pero él ha salido a hombros de toros muy complicados.

DETROIT PISTONS
Parece un equipo aburrido que deja el tiempo pasar. La resaca parece profunda tras las seis finales consecutivas de conferencia. Los Pistons viven en una transición en la que no se sabe muy bien qué pintan Hamilton y Prince, jugadores a los que debían haber traspasado hace tiempo. La franquicia ya decidió haciéndose con sustitutos como Ben Gordon y Austin Daye por lo que lo recomendable sería prescindir de esos dos supervivientes del título del 2004 a cambio de mejorar su nómina de pívots, más aún después de la lesión para todo el año del sueco Jerebko. Su juego interior debe conceder ventajas a la mayor parte de sus rivales a no ser que el novato Greg Monroe reciba el protagonismo desde Noviembre y responda al máximo en todos los partidos, algo que sería novedoso para un jugador con fama de irregular en su etapa en la universidad de Georgetown. No deben esperar nada de McGrady, si finalmente suma ayudará sobre todo emocionalmente a un equipo al que le costará ser competitivo día sí y día también.

INDIANA PACERS
Lo entretenido del baloncesto de Jim O’Brien se ha acabado ligando de manera permanente a la improductividad. Es más fácil jugar así si no se tiene la obligación de ganar pero si te acostumbras a jugar y vivir con esa velocidad y ligereza te adaptas a perder y conformarte. Larry Bird, desde su despacho de presidente, parece ejercer de funcionario con falta de ambición, horario fijo y cerveza habitual tras la jornada laboral. La llegada de Darren Collison es revitalizadora. Otro base que parece hecho a la medida del baloncesto de O’Brien. El agujero de la marcha de Troy Murphy crea espacio para el progreso de dos proyectos blancos como Hansbrough y McRoberts. Hansbrough debería crecer al lado de un magnífico pívot como Roy Hibbert. Granger y Dunleavy son los principales responsables si se quiere jugar para ganar aunque el recién llegado Posey no es probable que esté emocionado con el proyecto. Si Bird se empeña en dar un golpe de efecto lo tendrá que hacer a través de un traspaso de jugadores en último año de contrato como T.J. Ford, Foster o el propio Dunleavy.

MILWAUKEE BUCKS
Tanto sus mayores admiradores como indecisos y desconfiados se vieron sorprendidos en verano al comprobar que un equipo que había crecido hasta aparecer en playoffs decidió cambios numerosos y sustanciales buscando más físico y experiencia. Maggette, Gooden, Brockman, Dooling, Boykins y Douglas-Roberts refuerzan al equipo de Jennings, Delfino, Salmons, Ilyasova, Mbah a Moute y Bogut. Una plantilla tan extensa podría asegurar playoffs incluso sufriendo una cuota importante de lesiones así que lo más importante será mantener la química, la competitividad y el compromiso y la mezcla del núcleo duro del vestuario con la personalidad de Skiles. Tienen capacidad para ser una competencia real de los Chicago Bulls en esta división. Mención especial merece el ala-pívot novato Larry Sanders, 15º del último draft. Un jugador con un físico dominante y opciones para ser ya este año un intimidador a tener en cuenta.

CHICAGO BULLS
Es el gran favorito de la división aunque el riesgo del pronóstico no es desdeñable tratándose de un equipo que incorpora al menos a siete jugadores nuevos y estrena también cuerpo técnico. Chicago Bulls es después de Miami Heat el equipo que se ha reforzado de modo más llamativo (Boozer, Korver, Bogans, Ronnie Brewer, Asik, Kurt Thomas, Scalabrine…). A todo eso hay que sumarle el esqueleto que componen Rose, Deng y Noah. Tom Thibodeau será su entrenador jefe, un experto en defensa con fama de pitagorín, aclamado y publicitado por la prensa y sus dos últimos jefes: Jeff Van Gundy y Doc Rivers. Thibodeau es un ratón de despacho y consumidor compulsivo de vídeos pero a sus 52 años sólo tiene uno de experiencia como entrenador jefe. Dirigió a la Universidad de Salem State en la temporada 84-85 y finalizó con un record de 9 victorias y 17 derrotas. No es lo mismo escribir un libro que exponerlo en público y organizar su distribución y campaña de marketing. No es lo mismo la teoría que la práctica ni un examen escrito que uno oral. No debería serlo, al menos. Ser entrenador jefe en la NBA es algo muy diferente a ser asistente. Veremos si la pizarra y la calculadora de Thibodeau tienen vigencia en el South Side de la ciudad del viento.