OTRO AÑO MAS....NOVATADAS PARA LOS ROOKIES

La ley no escrita del vestuario NBA es sagrada y los rookies (novatos) han de hacer caso a los veteranos cuando les pidan/ordenen algo. Esa misma ley dice que cuando un novato no cumpla con lo ordenado, los veteranos pueden castigar al novato sin derecho a réplica. Y cuando la ha habido, el posterior castigo se ha endurecido.
Normalmente, los recados que se le ordena a un novato es llevar todos los días donuts y bollería variada a los entrenamientos para desayunar y que cargue con el resto de las maletas de los veteranos en los viajes. Y como es algo que hay que hacer, lo mejor es hacerlo con buena cara. Si pones una mala, se cebarán contigo y el año será mucho más largo.
Por eso, Willie Warren y Eric Bledsoe no han dudado en acatar el mandato de ir vestidos al primer duelo de los Clippers en casa como si fuesen al baile del instituto con un atuendo de lo más hortera y azul celeste resplandeciente. Normal que se llevaran todas las miradas. Lo acataron y lo llevaron bien.
Las novatas son habituales. Una de las más habituales es que los veteranos le llenen el coche de palomitas al novato y graben en vídeo su reacción y cómo llama a una grúa para que se lleven el coche.

NOVATADAS A LOS ÑBA
Otro clásico es que bailen en el centro de la cancha en el primer entrenamiento de puertas abiertas ante la afición. Rudy ya lo sufrió en Portland y esto ya se instauró en las concentraciones de la selección española de basket.
José Manuel Calderón también sufrió la Ley del Rookie en Toronto, aunque no fue muy duro. En los viajes del equipo tenía que llevar el equipaje con los demás novatos, asegurarse que los veteranos tuviesen su ropa lista en los hoteles. "Lo peor fue que tuve que llevar una mochila rosa chicle de Dora la Exploradora", recuerda el español.
Sergio Rodríguez también sufrió alguna, pero muy suave. "Antes de un partido, en el túnel de vestuarios chocamos las manos, saltamos, dimos botes, gritamos y me dijeron que yo tenía que salir el primero. Salí corriendo abriéndome paso y al llegar a la cancha me di cuenta que los demás se habían quedado en el túnel partiéndose de risa", recuerda.
Los jugadores insisten en que lo mejor es tomárselo con humor. Como Paul George, el rookie de los Pacers que tuvo que pasearse por la ciudad luciendo un gigantesco sombrero verde de cowboy mientras Roy Hibbert, que ya sufrió lo suyo en su día, iba anunciando su presencia por megáfono